martes, 4 de diciembre de 2007

martes, 20 de noviembre de 2007

DEL SOL Y LA LUNA

Canto en sol mayor

Mis ojos se perdieron en la luz tornasol y en tus costados
apenas vieron emerger del mar el cuerpo que te fue nombrando
resuelta en resplandores abrigaste el cielo
obligando a la noche a coronarse con la enigmática premisa de tus labios
lanzaste al aire un conjuro y la oscuridad partió hecha jirones más allá de las costas
a la par que iluminabas mi fuga-poniente bienviniendo al silencio plagado de grillos.

Luchando contra signos y sortilegios soltaste conjuros y nudos al viento
ungiste tu piel en miel para la batalla, arlequín, barajita, florecilla al viento
nada más nombraste y el reino de este mundo se fue haciendo,
amada, enamorada, quién sabe, quién, si eres a la que persigo, o quien me va siguendo...

Autorretrato


Frente al espejo:

Soy un callejón sin salidas.

Espero no perderme en él.

Espero no perderme en mí.

Los espejuelos,

Entre el mundo y mis ojos,

Se esfuerzan en decirme:

Lo real es esto.

Agresiva contundencia de la materia

Plenitud mineral de lo innombrable.

Fulguración arrogante de los días.

Ni la tomas, ni la dejas.

Está más allá de ti.

Contingencia que permite soñar la realidad

Más allá de los esfuerzos últimos

La razón y el miedo.

No importa la metafísica ecuación,

El cero exacto de lo humano

La inverosímil huella en el tiempo

En la sumatoria de las jornadas.

Los dados, las velas, las prestidigitaciones

Los sacramentales actos de fe

Las lágrimas, los sin sentidos.

Los sentidos

Y los pésames

No importan nada

Todo aquello

Lo hecho

Lo que ha de hacerse

Y ser

No dan abasto

Para entenderla.

Lo real, es

Y punto.

No comprendo.

La viscosa consistencia de lo cotidiano

No me permite apreciar la sencillez de las formas

La complejidad de las articulaciones

La red de compromisos

Las obligaciones

Los mitos que se hacen voz en mi lengua

Conjugándose eterna entre símbolos y signos

En la inercia de no decir nada

A no ser a mí mismo

Y mis semejanzas

Las quejas de siempre.

Mi ombligo es la señal demarcatoria de la herencia

La firma de dios frente al espejo

Mi sonrisa de dientes largos

Como pistas de aterrizaje a otros labios

Me descubren la yerta calavera que grita

Incansable

Inefable

Infalible

Fui lo que eres

Serás lo que soy...

Letanía estéril

La de las explicaciones

Expiaciones

Comuniones

Conjuros que no dan abasto

Ni redimen a pesar de los sacrificios

De la sangre y la miel

A nadie.

Frente al espejo

Yo

Detrás,

El mar

Ambos hemos sido devorado por un caracol sonoro

Lo veo reventar constante

A la vera de mis ojos

Resistencias que no saben ceder espacio al tiempo

Y a las evidencias.

Frente al espejo

Un callejón sin salidas

Sobre las paredes

Como una orden

“Deja que el tiempo sea”

Del otro lado del espejo

Entre los labios

Y casi en silencio

Como para mí

Como para nadie

Con la filosa ironía

En la lengua…

Dejar que el tiempo sea

Dejarlo ser

Siempre

Mi peor enemigo…

Y rasurarme

Que voy tarde pa´l trabajo.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Velorio sin ti


"hoy te escribo una carta maldita
en el tatuaje de mi brazo izquierdo"

Gonzalo Escudero

¿Tienes idea cuánto ha cambiado el mundo desde el último aguacero

Será acaso que olvidaste la tarde cansada

Los chirriantes columpios

El eco de fantasmas

El naufragio de risas en la grama

Mientras iba perdiendo el horizonte

Y las líneas de tus manos cambiaban el nombre a la historia?


¿Recuerdas las aves que pintaron el cascarón del cielo en tus ojos

La sombra lunar rodando por los cantos del tejado

Las reverberaciones de las ranas con su trova repetida

- Como punzantes agujas en los flancos helados de nuestros hemisferios

Mientras nos ocultamos de todos

Incluso de ti y de mí

Para olvidarnos del mundo y su movimiento

Y a tropezones llegábamos

A nuestras cinturas

A nuestro secreto-

Lo recuerdas?


Por ti supe la sal

dimensión del deseo que linda el paroxismo y el desconsuelo

la creación lasciva

volcánica

láctica de las mareas

en ti: los mares incitando al velero

anémonas apasionadas

valvas nacaradas que se prenden del más alto palo en los naufragios

como preseas que anuncian la llegada de esa sonrisa tan tuya

como el cosmos

tan tuya como la nada.


Con tus dedos alisaste la frondosa maraña de mis pensamientos

Crecieron árboles y palabras en mis botas

Y la tinta era un lazo sensual de comunión y conjuro

Pero hoy el papel se muere de frío

Y pierdo las horas

Contemplando tu sombra en los archivos fotográficos

Emborronando diatribas enfermizas

Construyéndote sobre el almohadón de plumas

Sediento de tu sangre...

...la mía.


A una cuarta del recuerdo

La conciencia se oxida como los maderos

De mi carne

Sin tus ojos.


Hace noches

Colapsadas las estrellas ya no hablan de ti

Vigilo interrogando los signos

Exprimiendo las dudas

Saboteando las verdades

y el insomnio

rezumante de madrugadas

Hipoteco el sueño

Y descubro

-ya casi sin asombros-

que el bien y el mal

Son apenas dos garabatos adheridos

en la espalda de las moscas

que velan mis devaneos.


jueves, 8 de noviembre de 2007

Ser como ellos....???


Una aproximación al concepto de Modernidad

Reiteradamente en discursos de políticos y filosofantes mercadologos (farsantes especuladores del devenir) se alude a la modernidad cual si fuese un mero efecto, un producto, del desarrollo tecno-científico alcanzado por la industria, el que se ve reflejado tanto en la producción, como en la productividad de los procesos en cadena que hoy se emplean en era PostIndustrial, así casi hasta para confeccionar a los seres humanos...

Aún cuando esta (la parafernalia tecnológica) puede ser una de las tantas manifestaciones superficiales, epidérmicas, no es en sí la modernidad, esto sería como juzgar al cuerpo de lo social por los bellos tejados de los barrios altos, o entender el problema de la economía política por la presentación con que se engalanan las mercancías.

Para intentar una aproximación a este concepto, que implica y facilita la comprensión, a su vez periodo histórico y de una propuesta de pensamiento, en este intento de ensayo, asumo como mías las luces brindadas por múltiples estudiosos de la Modernidad, para así marcar una serie de hitos con los que se instaura ésta, fundamentalmente en los cielos de occidente.

Así pues, para muchos de estos pensadores un punto de partida indiscutible con el cual arranca el periodo, que aún hoy nos arropa, y al que conocemos con el nombre de Modernidad, y es el del encuentro entre dos mundos (del que acabamos de cumplir 515 años).

Mas el “descubrimiento de América” es un hito difuso ya que antes de él se generaron una serie de transformaciones que aportarían, en mayor o menor medida a la consumación de este tan importante acontecimiento que quedaría marcado con letras de fuego y oro en el libro de la “Historia Universal”, así que para iniciar es bueno cuestionarse sobre algo primario: Qué es la modernidad y qué implicaciones tiene en nosotros. (el nosotros apela a la condición de Latinoamericanos o por extención a los grupos sociales influenciados por el pensamiento occidental, y que no somos a las claras occidentales, y si marginales hijos de ella).

Modernidad es un concepto que, por una serie de razones se mezcla y confunde con las nociones de desarrollo instrumental, de bonanza y sobre todo de Progreso.

Por ello quiero remitirme a las raíces y lanzar una mirada retrospectiva, y desde lo alto, sin pretender construir una mal tratada historicidad, y así intentar definir la modernidad de Occidente, y para tal efecto, me remito a la Antigua Grecia como punto de partida.

Doce siglos Antes de Cristo, un primer ladrillo, la Época Clásica, instaura el inicio de un proceso, que aún no ha concluido, y en el cual nos encontramos imbuidos, del que somos, hoy en día, independientemente de las posiciones que se puedan esgrimir, parte activa e involucrada en el proceso de su consolidación.

La Antigua Grecia en general y el Período Clásico en particular son las estrellas que más brillan en el estudio de la antigüedad de la Historia Universal, de esa historia de la cual, somos relegados a un compendio que narra del nosotros en dos anexos, uno prehispánico, y otro en el que nos suma a la historia de ellos cuando somos, a sus ojos, el Nuevo Mundo.

Grecia aporta al mundo una luz potente de pensamiento abstracto, metafísico, lógico, una forma de organización en torno al tiempo y al espacio, así como la gen misma del orden de lo social y lo político, el devenir de la fatalidad trágica, y toda su tragedia legada en obras inmortales que se constituyen en fortísimos pilares de la cultura humana.

Por Grecia todos los ejércitos pasaron y sobre ella todas las culturas se quedaron, pero Grecia dominó y se mantuvo altiva con el legado de su pensamiento, un pensamiento estructurado, sistematizado, ordenado, deductivo y por sobre todas las cosas Abstracto, el cual permitió la construcción de un Logos y un Logocentrismo que identificó al ser social de este periodo.

El pensamiento logocéntrico en el Período Clásico se fundaba en asumir una forma superior de racionalización en torno al devenir, mismo que no se enfocaba sobre los objetos de la realidad concreta, sino sobre la comprensión del ser, es decir de las esencias (filosofía y metafísica), lo cual denota claramente una especie de lujuria obsesiva por controlar el pensamiento, fundado esto en prácticas y ejercicios intelectuales tales como la Poiesis y la Gimnasia.

Su ciencia se enfocaba en el estudio de las esencias, además era contemplativa, es decir que no aspiraba a tener una utilidad práctica, ni una concreción efectiva en tanto tecnología. Era metafísica, por cuanto presumía que cada cosa, cada realidad, tenía algo que era estable, eterno e inmutable por siempre y para siempre. Y por ultimo, era legal, es decir que fundaba su conocimiento en leyes y no en meros fenómenos que se presentan a los sentidos.

Todo este acervo que se hace palpable en el desarrollo de las Matemáticas, la Lógica, la Ética y la Metafísica, entre otras, sufre un repentina muerte por congelamiento u olvido asfixiante cuando en la edad media es cubierto por una nube negra que oscurece el cielo del pensamiento privilegiando el desarrollo de la Teología como eje retórico discursivo con el cual se pretende dar explicación de todo fenómeno, consolidando así esta nueva discursividad, esta metáfora explicativa del mundo como la única posibilidad.

Tiempo después, aproximadamente desde el siglo XV de nuestra era, hasta la actualidad, la ciencia cambia sus postulados y adquiere una nueva comprensión que se entiende desde el postulado propuesto por Santo Tomás: “Ver para creer”.

La ciencia contemplativa, abstracta y no utilitaria cambia y se consolida la concepción empirista de la ciencia, la cual además aparece en un periodo importante en el cual se gestan una serie de procesos de carácter tecnológico de suma trascendencia, los que se podrían considerar como los propulsores de la Modernidad, estos son:

1. El descubrimiento de la pólvora en occidente (ya que en culturas de oriente se la conocía y usaba desde hace mucho tiempo atrás), y con la pólvora, la creación de armas de fuego, lo que implica por obvias razones una radical modificación en la concepción del arte guerra y por tanto de las formas de hacer política.

2. El descubrimiento de la brújula, sextante, cuadrante, astrolabio y en general todos aquellos los sistemas de orientación y navegación.

3. Y en tercer lugar un hecho de primera importancia para el advenimiento posterior de la ilustración, el descubrimiento de la Imprenta, y por lo tanto la socialización del conocimiento. (con la imprenta el mismo caso que el de la pólvora)

4. En otro plano, se descubren los ciclos gracias a los primeros rudimentos de una astrofísica copernicana, la cual sumada a la revolución de la imprenta, genera la secularización cultural y la pérdida del poder de la iglesia.

En el plano geográfico se suscitan una serie de acontecimientos que marcan el actual devenir de la historia universal, de entre los cuales sobresale El “descubrimiento” de América y a esto sumado, la pronta, eficiente e inhumana expoliación que occidente instaura en el seno del nuevo mundo para así abrir las puertas y bienvenir al naciente Capitalismo y a la constitución de los Estados Nacionales.

Todo lo descrito obviamente ejerce una radical influencia en el desarrollo del pensamiento y por ello se gestan procesos como el Cisma de la Iglesia con procesos como la Reforma y la Contra Reforma, y en el caso del pensamiento, una nueva forma de entender el relato de los acontecimientos con una Metáfora que da principal importancia al fenómeno natural y por extrención social, el cual se refleja en el marcado interés por realizar una serie de estudios, sistematizados, organizados, nemotécnicos que dan paso al surgimiento de las Ciencias Naturales y por ende del Enciclopedismo.

A partir de esta instancia las luces se abren paso en el cielo de occidente y se instaura un tiempo, una etapa histórica con una forma de pensar la vida, al ser humano y la relación que este tiene con su entorno natural, es decir, surge una nueva forma de entender tiempo y espacio y la relación que el hombre tiene en este contexto con lo que le rodea y consigo mismo, lo cual da pie al aparecimiento de una nueva forma de hacer o generar conocimientos a partir de esta nueva concepción científica, denominada positivista.

En este periodo la ciencia implica, a diferencia de la Antigua Grecia, el estudio de Fenómenos y ya no de esencias, es decir se estudia la cosa en sí, y por lo tanto la ciencia deja de ser metafísica, para asumirse como una ciencia física a la cual no le seduce el ser, sino, los entes, ya no es contemplativa sino útil, rentable, articulada a la industria y al comercio, es decir, se torna práctica y se instrumentaliza por medio de la tecnología y sus artificios en pos de conseguir o lograr los mayores beneficios y réditos para la humanidad.

La ciencia moderna posee un método particular que se fundamenta en la observación, en el experimento, la hipótesis, la verificación de los hechos, los datos, las cifras, los resultados, para alcanzar así valores como son: la fiabilidad, la objetividad y por lo tanto la Verdad.

Así se instaura la Modernidad y desde su estructura más fuerte se sueltan al aire banderas, constituciones y jurisprudencias, que terminarían proclamando: Libertad, Igualdad y Fraternidad como panfletos de carácter universalizable y en cuyo centro se encontraría localizado el sujeto como único beneficiario de los postulados nacidos en el Siglo de las Luces.

Frente a esta propuesta deslumbrante, actualmente cabe cuestionarse si ¿se han cumplido estos presupuestos? ¿Acaso la Modernidad ha cumplido sus premisas, en las cuales el eje central es, ha sido y será la búsqueda del bienestar del ser humano? ¿Con todo el aparataje Tecno-científico que posee, ha logrado dignificar la vida en escala “Universal” del Hombre Moderno?, ¿Se han superado los problemas de carácter ecológico con alguna propuesta de gestión a nivel planetaria? ¿Por qué no se ha logrado concretar una propuesta digna en el plano político-económico y socio cultural?

El proyecto modernista de occidente, nacido, amamantado y desarrollado en, por y para occidente, se ha mostrado lleno de vicios y omisiones, y, con todos sus pros y contras, ha irradiado una serie de ideas que han cruzado en gran charco atlántico y entraron, en su tiempo, a Nuestra América Latina, y fueron asumidas por nosotros, que para ellos, no dejamos de ser los otros de su modernidad, o sus hijos marginados y las adaptamos, de una u otra forma, a nuestras necesidades específicas y /o regionales.

Solo basta tener en cuenta que todas las luchas por la independencia de los yugos coloniales en el continente americano se gestaron con el aval del pensamiento ilustrado.

Frente al Logos Moderno, Instrumental e Ilustrado, que ha construido y consolidado su identidad durante más de tres mil quinientos años, intentamos en la actualidad la construcción de un nosotros con una identidad que se remonta a algo más de cinco siglos (515 años para ser más preciso hoy en el 2007) y con un mosaico cultural de lo más rico, variado y cambiante, pero, de una u otra manera, marcado por una historia que se podría definir como común, en el caso de la América Latina Hispano parlante.

Asumimos el discurso del progreso, como asumimos su lengua, construimos grandes avenidas, enormes rascacielos, aeropuertos, metros y trolebuses. Comemos kornfleks, tomamos cocacola; virtualizamos espacios urbanos, tenemos telecasas y podemos asumirnos como cosmopolitas domésticos gracias al acceso a la Red Mundial de la Información, cuentas electrónicas y más.

A eso denominamos Progreso, Modernidad y/o Desarrollo, sin comprender que, en la base estructural, nuestro pensamiento no ha consolidado del todo la noción del Logos Moderno, y por ende de la Modernidad en su verdadera dimensión.

Somos el real fantástico en ejecución constante, aquí el realismo mágico campea por doquier como realidad concreta. Cuándo en occidente se puede pensar que una estación de bomberos arda en medio de la noche? Para nosotros esto es una realidad que a todas luces podría concretarse el momento menos pensado.

Somos la periferia de occidente, somos algo así como los nuevos bárbaros frente al discurso oficial que traza una marcada línea divisoria entre los Ejes del Bien y del Mal.

El Caribe y América Latina tienen hoy la responsabilidad de pensarse así mismos, y construirse en la pluralidad y diversidad que nos caracteriza y hace únicos, debemos tomar los presupuestos modernos que nos son útiles, y obviamente, esta tarea debe estar abanderada por los centros donde se genera pensamiento, intelectualidad y discusión académica, para así proponer un proyecto macro que focalice su accionar en dos ejes:

El primero la educación crítica y constructiva, una educación que enseñe a pensar, razonar y posteriormente actuar y no como hasta hoy, que ha privilegiado un memorismo funcional y mediocre.

Y el otro eje a trabajar en este proyecto es la elevación de la autoestima del nosotros frente a un occidente en crisis y del cual somos su reserva intelectual y posiblemente su tabla de salvación.

Ser como ellos, no es necesario, ni es nuestro norte, la tarea es intentar construirnos, ser nosotros, seducir a Occidente como él nos ha seducido durantes estos últimos 515 años, y quemar las naves en el intento...

martes, 9 de octubre de 2007

A los 40 años de su inmortalización...

CHE COMANDANTE
(Nicolás Guillén)

No porque hayas caído
tu luz es menos alta.
Un caballo de fuego
sostiene tu escultura guerrillera
entre el viento y las nubes de la Sierra.
No por callado eres silencio.
Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra,
porque te escondan
en cementerios, bosques, páramos,
van a impedir que te encontremos,
che Comandante,
amigo.

Con sus dientes de júbilo
Norteamérica ríe. Mas de pronto
reuélvese en su lecho
de dólares. Se le cuaja
la risa en una máscara,
y tu gran cuerpo de metal
sube, se disemina
en las guerrillas como tábanos,
y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída
en medio de una orgía.
Tú lo sabías, Guevara,
pero no lo dijiste por modestia
por no hablar de tí mismo,
che Comandante,
amigo.

Estás en todas partes. En el indio
hecho de sueño y cobre. Y en el negro
revuelto en espumosa muchedumbre,
y en el ser petrolero y salitrero,
y en el terrible desamparo
de la banana, y en la gran pampa de las pieles.
y en el azúcar y en la sal y en los cafetos.
tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron
vivo, como no te querían,
che Comandante,
amigo.

Cuba te sabe. de memoria. Rostro
de barbas que clarean. Y marfil
y aceituna en la piel de santo joven.
Firme la voz que ordena sin mandar,
que manda compañera, ordena amiga,
tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,
cada día soldado, cada día
gente llana y difícil
cada día.
Y puro como un niño
o como un hombre puro,
che Comandante,
amigo.

Pasas en tu descolorido roto, agujereado traje de campaña.
El de la selva, como antes
fue el de la Sierra. Semidesnudo
el poderoso pecho de fusil y palabra,
de ardiente vendaval y lenta rosa.
No hay descanso.

¡Salud Guevara!
O mejor todavía desde el hondón americano:
Espéranos. Partiremos contigo. Queremos
morir para vivir como tú has muerto,
para vivir como tú vives,
che Comandante
amigo.






























Son los sueños todavía
(Gerardo Alfonso 1996)

Tú subías desde el Cono Sur
y venías desde antes,
con el amor al mundo bien adentro.
Fue una estrella quien te puso aquí
y te hizo de este pueblo.
De gratitud nacieron muchos hombres
que igual que tú,
no querían que te fueras
y son otros desde entonces.

Después de tanto tiempo y tanta tempestad
seguimos para siempre este camino largo, largo
por donde tú vas, por donde tú vas.
El fin de siglo anuncia una vieja verdad,
los buenos y los malos tiempos hacen una parte
de la realidad, de la realidad.

Yo sabía bien que ibas a volver,
que ibas a volver de cualquier lugar,
porque el dolor no ha matado a la utopía,
porque el amor es eterno
y la gente que te ama no te olvida.

Tú sabías bien desde aquella vez
que ibas a crecer, que ibas a quedar,
porque la fe clara limpia las heridas,
porque tu espíritu es humilde
y reencarnas en los pobres y en sus vidas.

Son los sueños todavía
los que tiran de la gente,
como un imán que los une cada día.
No se trata de molinos,
no se trata de un Quijote,
algo se templa en el alma de los hombres,
una virtud que se eleva por encima
de los títulos y nombres.

jueves, 14 de junio de 2007

Lágrimas de estación


Anoche, perdido entre unas hojas impresas; entre la tinta, el blanco y la divagación; me sentí, una vez más, atacado por la espalda, asaltado como siempre, por las insatisfechas dudas.

No estoy claro, he de confesar, si esta patología es de aquellas que se aferran a la existencia, o que, desde ella, pretende una cuota de inmortalidad eternizada bajo la luz de un bombillo de 60 watts.

Mas el padecimiento que me invade, a causa la ironía seductora con que pretendo enrumbarme, sin rumbo cierto, en esta desquiciada carrera de pensamientos, me deja a ratos como sin aliento, reconociendo mi absoluta inmanencia, frente a un espejo que no sabe bien como mirarme, como refractarme, como plantear la equivalencia exacta más allá de los abotargados ojos con que miro que me mira mi doble del espejo.

En esta contingencia, en esta encrucijada, con la ecuatorial sombra perdida, me pregunto si al fin en la transparentación de esta casualidad que soy yo, frente a mí mismo, si es que puedo decir, diciéndome, que el la inconclusa construcción de mi identidad (a diferencia de quienes se han cansado de ella), es proceso, persecución y no destino, como han supuesto otros.

Yo miro, atisbo la posibilidad de saltar la norma de la comidilla cotidiana, y proponer la posibilidad de pescar a río revuelto sabiendo que, en el anzuelo, siempre está presente en forma implícita, es decir, ocultamente presente, la voluntad de muerte, o en todo caso la seducción segura de su beso, del beso de la muerte.

Claro el dilema nace cuando, agente secreto, y sin compromisos con terceros, es decir, agente secreto del secreto, cómplice de la noche y sus misterios, abro las ventanas de la identidad desnaturalizada, y miro al derredor, en el pregón cotidiano que en esta porción de realidad, de isla, de tiempo, me permite y posibilita; en donde me encuentro y soy; y donde de mí dice, más que nadie, mi pasaporte, y éste a nadie engaña, soy, sin redundancias, en él y ante él, una identidad resumida a un pedazo de papel, él habla por mí con la precisión invulnerable de las grafías autorizadas, mas por su segura caducidad y el escaso compromiso con la legalidad que lleva en su seno, en poco me dejará ausente del reconocimiento y la legalidad autorizada, de su función designada, en un sistema, en cuyo orden de cosas, me terminará marginando del intercambio simbólico, pues seré, no más ni menos, que el apátrida oculto en la mascarilla de una apariencia, que en la piel del papel se ha desdibujado, en forma taxativa.

En este sentido pienso a la identidad en tanto anzuelo, pescador y carnada, y creo reflejarme ahora en los ojos de escurridizo pez que, atento, mira como una seductora irrealidad, una seductora simulación de fantasía, una irrealidad contundente, una simulación efectiva, un señuelo, le punza el deseo, y puede, casi de seguro, ser la iniciación de una ceremonia sacrificial, en la que el juego del tira y hala, llevará a una serie de posibilidades, muy limitadas por cierto, en las que, habrá, por necesidad un ganador, y habrá por necesidad un perdedor, y en ambos casos, en ambos polos de la relación, será marcado una pérdida definitiva, un estigma.

Claro, el caso es que, usualmente quien pierde es el pez, y pierde mucho en el intercambio de simulacro por realidad, al pez se le va la vida en ello. Pero, de este intercambio hoy, la laguna se está quedando vacía. Y el señuelo a su vez muere de frio y soledad.

Así es como se me pasan las horas perdidas en la lógica de intercambio, ahora yo, mortalmente desamparado, herido por la punta de un señuelo, recuerdo una promesa de campaña, de la más viejas y demagógicas, y vuelo a responderme: Quiero vivir bien esta vida, quiero vivir con dignidad este tiempo, no quiero promesas de futuras realizaciones, de un más alla en vida plena, soy aquí y ahora, mañana no sé.

En este intercambio de plenitud, quien sabe si termino siendo bañado en harina antes de pasar a un acto teatral compulsivo y final de ser frito en una paila muy grande para ser parte de un banquete en el cual estaré activamente involucrado.

A los puertos, las olas llegan siempre a tiempo, siempre distintas, y se marchan sin esperanza de volver más nunca. Mi identidad como un barquito de papel va en ellas y como todo, no espera grandes prodigios, insatisfecha de sí misma, busca en otros, para aliviar el frió de la soledad que tienen, y el miedo de aferrarse a la real intrascendencia de esto que llamamos vida.

miércoles, 13 de junio de 2007

Las mentiras y los embustes de Bush


Las mentiras y los embustes de Bush

/fotos/20070613/notas/NAC40.JPG Por Fidel Castro *

No me gusta la idea de parecer una persona vengativa y deseosa de acosar a un adversario. Me había prometido a mí mismo esperar un poco para ver cómo se desarrollaban las contradicciones entre Bush y sus aliados europeos sobre el tema vital del cambio de clima. Pero George W. Bush se pasó de rosca cuando hizo una declaración que conocimos por un cable de AP del pasado viernes. El presidente de Estados Unidos afirmó que llegará al Vaticano “con la mente abierta y con muchas ganas de escuchar al Papa”, y aseguró que con él comparte los valores del respeto por la vida, la dignidad del hombre y la libertad.

“La historia ha demostrado que las democracias no se declaran guerras y, por tanto, la mejor manera para reforzar la paz es promover la libertad”, agregó.

“Será la primera visita del mandatario norteamericano a Benedicto XVI. Su último viaje a Italia fue en abril de 2005 para los funerales del papa Juan Pablo II”, señala la agencia.

En una reflexión dije que no sería yo el primero ni el último a quien Bush ordenó –o autorizó a sus agentes– que se le privara de la vida. Al conocer su inusitada declaración, pienso que si Bush ha leído alguna vez un libro de historia, estaría consciente de que allí, en la mismísima Roma, nació un imperio que nutrió el vocabulario del lenguaje político durante casi dos mil años, y nació también el Estado del Vaticano con el transcurso del tiempo, después que Constantino promulgara el Edicto de Milán en favor de los adeptos de la religión cristiana, a principios del siglo IV de nuestra era.

Cuentan los historiadores que el césar Nerón, quien ordenó el incendio de la capital del imperio, exclamaba satisfecho en medio de la tragedia: “¡Qué gran poeta perece!”

¡Si los historiadores tuvieran razón! ¡Si Bush fuera poeta! ¡Si los habitantes del planeta fuesen sólo los de aquella época! ¡Si no existieran las armas nucleares, químicas, biológicas y otras de destrucción masiva!, aunque se tratara de un hecho triste, incluida la muerte del poeta, ¿quién se alarmaría por el incendio de lo que hoy sería sólo una gran aldea?

Es evidente que Roma todavía no está incluida en los 60 o más oscuros rincones del mundo que las fuerzas militares de Estados Unidos deben estar listas para atacar preventiva y sorpresivamente, como proclamó Bush en West Point el primero de junio de 2002.

Bush pretende ahora embaucar al papa Benedicto XVI. La guerra de Irak no existe, no cuesta un centavo, ni una gota de sangre, ni han muerto cientos de miles de personas inocentes en un desvergonzado trueque de vidas por petróleo y gas, impuesto por las armas a un pueblo del tercer mundo. Tampoco existen los riesgos de otra guerra contra Irán, incluidos posibles golpes nucleares, para imponer la misma receta infame. Estamos todos obligados a creer que Rusia no se siente amenazada por una posible lluvia de proyectiles nucleares exterminadores y precisos, que dé lugar a una nueva y cada vez más peligrosa carrera armamentista.

Siguiendo el curso tórpido de sus groseras mentiras, podemos preguntarnos: ¿por qué Bush puso en libertad a un terrorista famoso y confeso como Posada Carriles el mismo día en que se conmemoraba el 45 aniversario de la derrota imperialista en Girón? Peor aún, ¿acaso le dolerá un ápice la injusticia de mantener presos, algunos hasta con dos cadenas perpetuas, a cinco héroes cubanos que informaban a su patria sobre planes terroristas? ¡Prohibido pensar que Bush ignoraba quién financió los incontables planes de asesinato contra Castro!

A Bush se le ha visto hacer extrañas y enajenadas muecas, mientras hablaba en actos oficiales ante senadores y representantes de Estados Unidos, jactándose de los enemigos que ha eliminado en virtud de órdenes personales. Creó centros oficiales de tortura en Abu Ghraib y la base naval de Guantánamo; sus agentes, actuando ilegalmente, secuestraban personas en numerosos países adonde los aviones de la CIA, en viajes secretos, volaban con o sin permiso de las autoridades pertinentes. La información debía ser obtenida mediante bien estudiadas torturas físicas.

¿Cómo se le ocurrió pensar que el papa Benedicto XVI compartiría con él los valores del respeto por la vida, la dignidad del hombre y la libertad?

¿Qué nos dice el diccionario de la lengua española? “Embuste: mentira disfrazada con artificio.” “Embaucar: engañar, alucinar, prevaliéndose del candor del engañado.” Prometí reflexiones breves y cumplo mi palabra.

* Nota escrita el 7 de junio, antes del encuentro del sábado de George Bush con el papa Benedicto XVI. De La Jornada de México. Especial para Página/12.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-86502.html

viernes, 8 de junio de 2007

Del otro lado del espejo...

Supongo que nunca fue esa la intención, pero incluso el supuesto suele pecar de ingenuo cuando el hombre, en el sentido más general del término, buscando desesperadamente la trascripción exacta del mundo -ya no como mera metáfora, sino en tanto hecho concreto, cosa y posibilidad verificable, manipulable y en especial traducible a su propio y elemental idioma- , ha hecho que las cosas de éste (del mundo), se escenifiquen como si fuesen su realización plena; sin que por ello, le inmute el hecho de que, con este logro inicie el declive de todas las posibilidades, de todas sus potencialidades, pues más allá de este logro, ya nunca encontrará nada, y sin saberlo, o sabiéndolo, emprende la carrera acelerada por la decodificación del todo, y aún cuando, para hoy, las explicaciones sobreabunden, y la aceleración es tal, que incluso con la propia inercia con que se mueven los acontecimientos, se puede hacer previsible el colapso, y a pesar de todo ello, es inconmensurable e incomprensible el cómo, a todas luces, la humana necesidad de traducirlo todo, de saberlo todo, de hacer de todo información, saber, etc, se impone...

El hombre y su afán de claridad se precipitan sobre todos los cuerpos, con ellos arrastran todo, en la avalancha de la historia, las partículas aisladas que parecían mantenerse a salvo y que parecían flotar en torno a los acontecimientos, son traducidas a información, en simulación, en interpretación posible, y como todo, sometidas a las leyes del experimento y del exterminio.

Así pues, el hombre moderno ha logrado entender y manipular, y más, según sus humanas posibilidades, y con la justificación de sus siempre apremiantes necesidades, y con el anhelo de cumplir y dar paso a la realización de su insatisfecho ser instintivo, ha impuesto su poderío sobre las cosas y sus elementos, entregándose de lleno a la tarea de la dominación, domesticación, uso y consumo, casi hasta el exterminio, de todo cuanto le rodea e imposibilitara la penetración e imposición de su lema civilizatorio.

Para que fuese eficiente y efectivo, el proceso de taxonomización de su realidad, penetro lentamente en la formas fijas, hasta desmenuzar los acontecimientos, escenificando en la plenitud de las pantallas los frutos que soñó perfectos.

A su imagen y semejanza, el hombre ha logrado por fin dar a luz a su artificiosa creación, y sin percatarse, ésta, lo ha terminado excluyendo, dominando y domesticando, al punto de la alineación total, al nivel de que el hombre, pobre, ha debido rendirse a la vertiginosa potencia de sus creatio, al cálculo y a la elocuencia con que la técnica y la tecnología se han convertido en entidades altamente deificadas para él y bajo las que se sustentan las nociones de confort, comodidad, vida moderna, y por ende, a los que debe respeto, obediencia, sumisión en el más alto grado a costa de perder, para siempre, todo el sistema de satisfacciones que se ha ingeniado en implementar.

Con todo el artificio se ha logrado generar un mundo desmitificado, en apariencia al menos. La parafernalia tecnologicista propone un mundo de realizaciones y satisfacciones sin límites, a la manera de “Un Mundo Feliz”, aquí el ser moderno forma filas frente a las cotidianas empresas del artificio, sacrificado, en aras del progreso, a la fantasía y todos aquellos opacos espacios del mito, el tabú y la ensoñación de la infancia de hombre.

Hasta no hace mucho tiempo los besos de Drácula maravillaban y hacían hervir la sangre de múltiples vírgenes Julietas desesperadas por no encontrar a un Romeo que las haga temblar en sus brazos, arrebatándoles del cuello un furor maligno del que no se podría saber, a ciencia cierta, si eran ellas las víctimas o las victimarias cuando en sus más íntimas fantasías se sentían mordidas por aquel ser fantástico. Drácula iba y venía en el oscuro abrazo de la noche, en el frío de las catacumbas, iba de página en página, sin simular, representando su ensoñación diabólica y seductora.

El sueño era interrumpido cuando rasgaban el silencio los pasos que, sobre la nieve o el hielo, retumbaban cuando era Frankenstein, ese abominable hombre hecho de hombres, el que nos acosaba el delirio, y más, cuando verificábamos que era tan hombre como nosotros, uno entre nosotros, y se nos aproximaba por las esquinas a quien sabe, robarnos un último aliento, un beso, algo de sangre, un poco de vida....

Pero ya Drácula ha sido liberado de su muerte diurna y camina junto a nosotros mendigando miradas, limosnas con que saciar su apetito antes que la noche lo obligue a sucumbir, como nunca antes había pasado, víctima de olvido, la seducción de su beso no motiva ya a nadie, han terminado siendo su antídoto, su castigo, es solo un decrépito anciano con maniáticas pulsiones de una sexualidad más construida al que debería realizarse un psicoanálisis exhaustivo, para enteder sus faltas, sus delirios y su infeliz infancia...

El Moderno Propenteo, es un don nadie como cualquiera de nosotros, rescatado de la enfermedad moderna de la muerte, lleno de prótesis, como todos nosotros, anda como andamos, él quizá se mire en el espejo para preservar su identidad teatral, al contrario de la integra visión de la simulación de un nosotros con una identidad fatal de la que incluso él, se horrorizaría.

El sueño no se pierde por la desmemoria, sino, por la contundencia de un presente perfecto en donde los conflictos, al menos en la parte superficial de la estructura, parecen, haber desaparecido del todo, dando paso al simulacro.

Para que ensoñación y delirio, hoy la TV es la escenificación del drama de la vida, Drácula asiste puntual a su función y se olvida de sí, si vive, es gracias a la pantalla, si muere es por exceso de simulacros.

Ya no ha conflicto en Tierra de Libertad, la felicidad se instaura en su pleno, se apodera de todos los intersticios e infecta todo a su paso, como un virus de perfecciones asépticas, como un cáncer expansivo que intenta afectarlo todo.

La seducción es un escándalo prehistórico del cual hay que liberarse, la meta es exorcizar las fuerzas satánicas, domesticar el ímpetu demoníaco del mal, e instaurar la liberación de las fuerzas productivas con las que se logra suplanta por completo la fabulación romántica por la omnipresencia técnica, a cambio de la vida plena de una realización radical donde el Logos que se impone es el de la Tecné, donde no existe cabida para el erotismo, ya no hay necesidad de temer a Frankenstein, frente a él, la posibilidad de andar de la mano con el clon y el androide, del niño robot con capacidad de amar (Inteligencia Artificial o Yo Robot) se constituyen en la realización del ser moderno y el fin de las patologías de la finitud.

Frente al espejo, un amplio charco de sangre anuncia que Alicia, nunca saldrá de allí, que su doble se ha impuesto, que es ella la elegida pues se ve y siente tan real como Alicia, y mucho más...

miércoles, 6 de junio de 2007

De la querencia y el destierro












De la palabra bueno,

he despolvado el recuerdo,

y la arrogancia se ha vuelto aire.

He puesto a hablar al silencio,

mientras la lluvia va borrando el horizonte,

esta mañana cargada

en desiertos

y hastío.

Voy descubriendo que la vida se prende,

como una enredadera,

del sabor del café

y sus enigmas aromáticos

junto a una ventana obstinada

en enseñar nada,

a no ser,

esta respiración incesante,

que a penas empaña el vacío.

Me entrego a la evocación

como las vírgenes al sacrifico

me pierdo en el tiempo

y sus rizomas

mientras la geografía traicionada

cobra forma bajos mis pies

-detrás de mis ojos-

y me lleva a caminar los caminos

de la infancia

como quien abre un libro

y repasa una lectura olvidada.

Loor a la garganta del gallo

que a penas canta

sin importar horarios, ni extravíos

la tonada mayor de su dialecto

diciendo: Tierra….

Loor al oro del maíz en grano

a la negrura dulce del capulí

a las doradas llanuras de las moncaibas

a las anidadas paredes de piedra y cal

a todo eso

-dispersas oleadas del recuerdo

con que voy reconstruyendo la historia

como quien lucha por fecundar las noches

mientras muerde la piel jurásica

de una guitarra

en los intentos-.

Ocarinas condenadas a morir

como la tarde

en sus lamentos

evocan en mí

la palpitación del viento

las montañas

las nevadas cimas,

el bronceado pajonal

la desnuda roca donde durmió el cóndor

del Cotopaxi, al Antisana

al bruno Pichincha y mis entrañas.

Reverdecen las notas

el canto y los acordes

de la plegaria del amigo

las largas horas hermanadas

las tantas leguas y el pavimento

que fundimos al sol

…vuelven…

como fumada de mirra

en la sacristía

y desaparecen en el vertiginoso

vórtice del ojo

de aquellos negros escarabajos

que lleva la noche en su vientre:

la desmemoria.

El libro se cierra sobre mí mismo

y la sangre anuncia el destierro primero

el puerto se aleja del barco

y la marea de cartas

se vuelve nada con los días

los recuerdos calamares

se abrazan a mi aire

en su tinta

apresando mi garganta

en los nudos de su brazo.

Todos los pasos dados no valen más que un bostezo

el aguacero termina

y la paz se apodera de esta tarde caribe.

Tras los cristales

el mundo es una maravilla

que solamente sé

de oídas

y me empieza a llamar por mi nombre

a ser carne de mis comuniones

y a decirme que

las estatuas de sal

nunca volvieron la mirada

a la terca persistencia de la materia

pues jamás tuvieron recuerdos…

con 34 así... que sean 7 veces 7... con todos ustedes

Y cómo es que dicen que no se goza, que no se goza..... yo gozo mejor que el dueño...jajajaja

martes, 5 de junio de 2007

el cielo está enladrillado.....

Intimidad

Aunque cambiara de rostro

Regreso a mí

Con la determinación de la tardanza

Voy llegando

Con la espalda a cuestas

Y el rictus plegado a la barbilla

Me planto en mis 12

Y en punto me miro a los ojos

Antes de precipitarme

Al torbellino de un descubrimiento

En el remolino del tiempo

En donde te vas perdiendo

Para siempre

Como la monotonía

y la rutina cotidiana