Son de olas
mar continuo
coagulación de la sombra
agujero repleto
una flor de cerezo gira
grávida en el orbe
y cae al pavimento
antes de ser arrollada
por la indiferencia madre
Son de olas
mar continuo
coagulación de la sombra
agujero repleto
una flor de cerezo gira
grávida en el orbe
y cae al pavimento
antes de ser arrollada
por la indiferencia madre
El tiempo del asombro ha cesado
las palabas yacen a la deriva
sobre las olas cotidianas
en la tormenta de los días
y sus rigores
un mareo te invade y pierdes el piso
las piernas se anegan y hunden
brota el agua a tus costados como horas muertas
podrías contar hasta diez
pero nada cambiará
las moscas danzan a tu lado
llegan como beatas de procesión
zumban y algunas golpean tu frente
sacudes el aire denso con las manos
pareces un ahogado que busca salir a flote
deseas con la desesperación del cosmos gritar
como el último lobo en celo
pero el universo se te atora en la garganta
con todas sus espinas
y callas
mientras las bombas siguen cayendo…
En paz y alegre con la luz del sol, el candor del mar, el cristalino canto del arroyo. En paz con el viento calmo y el alocado, con el curso de la noche y las estrellas. Agradecido con la Tierra, sus dulces frutos, los árboles de buena sombra, las largas espetas, los desiertos arenales, los profundos bosques, los pantanos; agradecido con los animales que pueblan el orbe y resaltan mares, cielos y tierras. En paz con los hombres y las mujeres de buena voluntad, los soñadores, los parias, los desterrados, los que nunca se han vendido, ni se venderán jamás. Luchando en mis adentros conmigo mismo, tratando de aceptar mi absoluta inconformidad y el eterno cuestionamiento de no ser más que una historia inconclusa, pero cada día más hermosa y más mía...