viernes, 11 de julio de 2008
lección sobre tiempos verbales....
a Juan Carlos...
recuerdo los tiempos verbales
como un encuentro
al apuro
en las tardes lejanas de un Quito
al que siempre vuelvo
del que nunca he salido
tú aceleraste el reloj
saltando de la cama al suelo
y tu presente se hizo eterno
embargando los segundos
caíste
y tu mirada reclamó el aire de los pulmones
y tu boca escurrió el recuerdo de las uñas
la piel erizada intentó rescatarlo todo
y se fueron al carajo los planes, la boda
los sortilegios, las dudas
y tú te fuiste con ellos
recuerdo los tiempos verbales
como un encuentro
al apuro
en las tardes lejanas de un Quito
al que siempre vuelvo
del que nunca he salido
tú aceleraste el reloj
saltando de la cama al suelo
y tu presente se hizo eterno
embargando los segundos
caíste
y tu mirada reclamó el aire de los pulmones
y tu boca escurrió el recuerdo de las uñas
la piel erizada intentó rescatarlo todo
y se fueron al carajo los planes, la boda
los sortilegios, las dudas
y tú te fuiste con ellos
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1 comentario:
¡Cuánto le quisimos...!
De unas formas unos, diferentes otros, pero nos perforó la vida. El año pasado gané una mención en la bienal de poesía de Cuenca con un poemario homoerótico. En él, un pequeño reflejo de esa ráfaga que fue -y sigue siendo para mí- el Juancho. Menos lustrozas que tus emocionantes palabras, llenas de temblor y recuerdos, te copio las mías:
ISO/ASA
Un día yo le amé.
Devasté kilómetros de imágenes
con mi cámara Pentax.
Y
solo queda el negativo
de quien,
alumbrado por la vida,
me reveló en su piel.
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