viernes, 23 de octubre de 2009
dulce melodia del cielo nocturno plagado en estrellas.
En la bóveda celeste de la alta noche
las tetillas lecheantes del cosmos
indican la ruta
es un cardumen espeso donde apenas pasa la luz de un sol distante
o todo lo contrario cómo saberlo
entre nubes de polvo como merengue de huevos astrales
estrellada mi mirada
se duerme ronroneada, acurrucada, con el sonido del mar
que arrastra una eco de cantos olvidados
y siempre presentes.
Soy nada menos que un sub cosmos que contempla la inmensidad de esta galaxia
admirando no lo que veo
sino todo cuando nunca podre ver.
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