miércoles, 10 de noviembre de 2010
Fingerland frame
Finjamos por última vez que nos conocemos al compartir la almohada
supongamos que recorreré los caminos de Galta dibujados en tu piel
con torbellinos de polvo a cada paso
que como un simio gritaré de contento
al trepar por las columnas de mármol
los entallados troncos del mango donde comeré lascivamente
a flor de piel la más jugosa de las frutas
asumiremos que tus pechos esconden misterios de cactus silvestre en flor
que desnudare las espinas con lengua de colibrí
y resoplaré el tizón oculto en tus pezones
hasta que brillen como estrellas
que tus ojos de avispa herida clamaran amparo al caer la tarde
y lacustres especies brillaran en el bajo fondo
marino de tus entrañas
que la violencia de los pétalos de tus manos lastiman mi espalda
o tu entre pierna henchida de mango que me llama a devorarlo todo
que la cadencia oceánica de tus caderas serán un intento de acoplar mundos
que en el naufragio te abrazaras ligera al mástil infinito
y como una pluma te dejarás caer abierta y herida
que callarás y con el silencio a cuestas
inhalarás descomunalmente lo que se oponga a tu paso
no importa si son planetas o meteoritos
a fin de cuentas
entre la realidad y la fantasía los acuerdos no cuajaron
y nada está más reñida que la sábana donde se sustentan
con una socarrona sonrisa de gato de media noche
beberé en los oasis de tu cuerpo toda la arena y polvo
con que hicieron
luego, concluidos los simulacros, te vestirás y te irás
no sin antes apagar la luz que da a la calle
sino no podré dormir con tu talón a cuestas
y volveré a lamer la leche que se cortó en la nevera.
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