domingo, 11 de septiembre de 2011
enfermedades del peregrino en presente suspendido
El certero índice del sol me calaba la frente
como la fuerza de una trituradora
me recordaba que vivía mientras me iba secando
lenta
infame
vorazmente
caminaba, y el día sobre mis hombros
tostaba las mentiras esculpidas sobre mí
al menos las que yo me había creído
las que me había tragado como un peje de estanque
en horas de ocio
los laberintos de mi piel no me ayudaban a unir los datos del espanto
uno sobre sí no se engaña
pero se da treguas nostálgicas
con pinceladas de piadosa tolerancia
a mis costados el tiempo inmóvil me veía pasar, como siempre,
nada hay tan infame y fijo como el presente que se nos queda a la espalda
esperando a los que vienen, perfumado de futuro,
así caminaba por esta reducción de la vida
loco, desesperado por llegar a casa
como quien busca resolver una ecuación dinámica
para en la ducha borrar el aroma de un recuerdo
que lastimaba mi garganta….
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