miércoles, 22 de mayo de 2013
Llueve como una blasfemia
Blasfemias de ladrillo percibo de
nariz en los camerinos de la vida
dura rocas de aire, marejadas de
espuma de viento
salar de las horas donde se posan
mis cortos sentidos
ojos en llamas, piel de concreto
humo
más humo
humo atolondrado y hueco
la blasfemia insiste en penetrarme
como a un cangrejo en flor
llueve afuera el inclemente rezo de
rosario de vieja devota
llueve
llueve a fuera incandescente solar
patio de recuerdos
llueve
llueve afuera las miradas destos
días perdidos de antaño
llueve
y el agua está repleta
y a nadie le importa
que esta blasfemia se escurra por
los albañales
de la memoria
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