despierto en medio de un aullido
profundo para deshilachar rocas
como polvo en nevada
reclamo palabras de consuelo o calma
entre las raíces profundas del silencio
y escapo cual gusano de la mansa calma
y al abrir los ojos
como el crepúsculo caigo sin oponer resistencia
en el simulacro permanente del ahora
y sus olas
tras los cristales miro mi estatura
como quien gravita en otoño
y en torno al verdugo afilo la cuchilla
que beberá mi sangre de un trago
lo sé, escurro la sed de mi garganta
incluso de mis orejas sacudo las penas
larvas de cangrejo que me acompañan
y calan profundos agujeros
en el maderamen de la barca que llaman alma
Inexorablemente veo caer las gotas del presente
como peregrinos albatros a mis costados
como rocío en el asfalto sus plumas me acarician
días repetidos en la ventana como lágrimas
coágulos de memoria, islas de condenación
pretéritas jugarretas del olvido desolado
la resignación es un punto aparte
que huele a madriguera de elefantes
rastrojos solidarios del desconsuelo
floración puberal del eden
manchas en el tapete cósmico
a libro cerrado
saboreo un poco de aguardiente y sal
sortilegio de vagabundo en verano mientras
presiento que en el tapizado celeste
aquel beozar esconde la noche
otra vez los segundos
uno tras otro como negras rocas volcánicas
se decantan sobre mis sienes abisales
llegan al mar de mis delirios
y entre sargazos
maraña de dédalos
rinden armas y escudos sin luchar
el esplendor de la seducción de la luz
intenta naufragar en este páramo
mientras calafateo los recodos de mi psique
hambrienta
recónditos oscuros claros de la desesperación
donde escondo garabatos licenciosos
un par de versos
los recuerdos del ayer perfumados
aquella infancia y aquellos suelos
que entre montañas
escurren el frío
así saboreo el viento mientras brindo
delicados estertores agónicos de animal en celo
aúllo sin freno a una estrella
frente al vórtice de mis pupilas
me detengo entre sorbos
gravito en torno al horizonte de sucesos
velocidad y congelamiento a toda máquina
vapores yacentes cual osamentas de teatro
que estimula al vómito de soles y galaxias
en una copa
inhaladas profundas
aspiraciones perdidas frente al televisor
no puedo esperar
en mi mente el conflicto se arremolina
las demandadas agendas del bienestar
son una ofensa más desde los púlpitos del palabreo
las insatisfacciones repollan con el tiempo
maná al filo de aquel infierno
donde la exuberancia un día respiró
como aquel vergel anclado a la costa
donde ya no quedan ni las sobras de las sombras
paralelas rieles oxidadas
más de olvido y desuso, que a causa del terco salitre
duermen incansables sobre pilares
los fantasmas de la prosperidad
en rigor mortis
mientras resisten el embate de las olas
son tildes en el océano
lastiman mis ojos de mar
en especial cuando la tarde tiende a cobre
y de paso se oxida el universo
antes de que caiga con su peso la noche
como brea y perfume el alma mía
al filo del infierno.
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