miércoles, 25 de agosto de 2010

Tus ojos



Una luz directa
oculta en el silencio de un resuello
como una crisálida en su capullo
como una daga
penetran en mi pecho
sin clemencia, no intenta hacer daño
esculca, mide, proyecta, me sopesa
me calcula de pies a cabeza
y en tu silencio: callas,
no dices una palabra de más
o de menos.
caminas erguido de frente al futuro
construyes los derroteros que anclan tu nombre
a tierra firme como árbol infinito
Ríes y la luz se hace como la mañana
no importa si es medianoche
llegas en silencio y las palabras del cosmos
lo llenan todo
en tus manos descansan
la piedra filosofal, las claves del enigma
del apeirón al armagedón
el demiurgo íntegro
solo un pestañear tuyo
y la vida se ha resuelto.
Caminas seguro y te veo con infinita envidia
creador, hacedor, principio fundamental
fundador de la especie
te recuestas a mi lado y beso tu sombra,
hijo mío, bendiciendo el presente y el futuro
que son todo tuyos y te nombran
en esta tierra que has heredado.

martes, 10 de agosto de 2010

ocho en punto



Escapamos con alas de libélula de la crueldad cómplice de las cruces del cementerio de lo humano
cuando las campanadas estornudaban anuncios adoloridos y disgregados por el oleaje de la noche en dos
necesitábamos algo de delirios y sobriedad para las rutinas del apareo y sus efectos residuales
repletos de grietas en el ruido en las sábanas, los títulos, el linaje y los apellidos, colocamos piedras sobre piedras
la ermita apuntalada en valles de olvido daba el tono de agonía mientras ahogábamos el llanto en sonrisas hipotéticas contemplando el reloj de sol
parados al borde del acantilado, tus piernas, no existe piedad para el hombre al final de la historia
mirábamos pasar las volutas de humores cotidianos sobre los aullidos lastimeros la TV y su cacofonía de mercado
el martirio la tortura de la dignidad de conceptos mitológicos los libros apolillados la madera pudriéndose en la chimenea
salimos a la noche de ambos sin darnos las manos y en el espejo de la mirada nos desentendimos de todo
Nos despedimos sin lograr ser ángeles o demonios y con las ganas de querernos un poco más

domingo, 8 de agosto de 2010

A contraviento


I
era marzo dentro y hacía un frío enero de escarcha
la luna amohinaba una luz oblicuamente azulada de noches sin perros
lánguidas de lluvia corrían abajo las calles de San Juan al oriente
de espaldas al océano se contemplaban las lomas pardas del espinazo felino
corrían como caudalosa alegoría del tiempo cristalizado de norte a sur
el verdor se confundía con la noche en un solo amasijo de barro
recolectar pasos adoquines plazas templos repasando la gramática nocturna
en las piletas el agua es un fantasma ululante que esconde misterios
un tranvía de humo rompe el silencio con risotadas destempladas
caballos de fuego oscurecen los contornos del pergamino engominado
y a la distancia infinita del ajedrez del adoquín
unas lágrimas obligaban al cosmos a callar las respuestas del por qué
del tabú y del valor de seguir

II
soplaba con desgano para afuera mientras yacía en las profundidades
hacía frío en el cauce de las 2AM del serpenteante Quito
la piel solo es conectividad enchufe al cosmos
la música un oleaje calmo a la distancia ellos bailan
me abrazo y me siento en casa
más allá de las catástrofes y la noche

III
vuelo a contra corriente
un zumbido grave se apodera de las coyunturas
el mareo muerde las costillas como bestia colombina
la cobardía no tiene espacio a pesar de las llagas
el naufragio es imposible sobre el asfalto
muerdo el dolor
pasaran día repetidos de azul profundo
las fechas plagadas de apuros se precipitarán del calendario al suelo
mientras en cama espero los caballos y el tranvía
el cause de las 2 la serpenteante figura de esta ciudad
como yo llena de cicatrices.