martes, 16 de febrero de 2010

Debut pánico



La mar océana era como un ánfora abultada donde
La cólera de las letras dejó en la tintura de la palma y la pluma
Un surco enorme con una firma de sal en el derrotero como un
Ábside crispado de allendes impresos en la frente de las bestias ultramarinas
Aquella goleta surca el mar de sierpes apuñalando el amanecer
Con su mástil roza las púberes nubes de aguacero
El capitán dibuja con el catalejo la lejanía de una hembra
Y la sed marinera se siente cúbica en las braguetas de arena
La última fruta corre tras las olas con cara de albatros
Y todos hacen agua y aguardan la orden de orgía y motín
Las dagas se visten de fiesta y se desnudan para amar las profundidades de la carne
Hay festín en los mares de la antípoda
La densa marejada borra todos los rastros del ayer
Galopa en silencio la nao y el Barquero sonríe
Con su mejor partida.
Nubes y viento han pasado
Las olas de mala memoria llegan a los puestos de la conquista
Y no dicen nada que no hayan dicho antes
Y lamen la costa como quien ama
Y envidia la firmeza de las rocas.