viernes, 25 de marzo de 2011

Artes temporales




No soportaba el peso de la luna sobre tus rodillas
el menguante sol de la mañana caía como miel
y la flor en punto de tu carne invitaba a acomodarse
como una promesa engañosa, como un barco en brumas
trémulos, los simultáneos ojos, rasguñaban los acordes
pero las olas convocaban 
pero el canto de sirenas y sus enigmas
y mi demente abrazo al mástil y a las sogas
todo me lastimaba y la tensión del cosmos se acumulaba
en un punto, en un plano... cada vez más cerca
derramado sobre tu piel, pasaba mi mano
como por sobre un gato
los glissandos emergían de tu garganta, profundos,
graves, enfermos de tiempo,
condenados a muerte 
y a dejarnos solos
universos laterales, 
rendidos, satisfechos.