jueves, 5 de junio de 2014

El reino del solitario



El solitario inaugura su reino
y en el espejo de su imaginación un eco
repunta como alba
ola de mar coronada de sal
como un pastel adornado de espuma
se observa
calla
agudiza la mirada
y muerde sus labios en medio del extravío
aguarda
aleteo de dragón
exhalación de centauro
tenso
distante
expectante como galaxia
mira su costado e intenta
sin éxito
cazar las moscas de la insidia 
repite su nombre
como un rosario
una plegaria entre dientes
ve las horas caer
cual hojas de otoño desde el calendario
y en el suelo
saborea el hastío
El solitario inaugura su reino
y el silencio le da la espalda
cual bofetada ausente
reclina la cabeza contra el tránsito y su locura
contempla cielo y soles
mientras planetas enteros desaparecen
en lo más negro del agujero
de sus pupilas
calla
tenso
escuchando expectante la danza del cosmos
las piedras afiladas
de la existencia
las llamaradas del ser
incesante crepitación de carne y huesos
con sus uñas bestiales
rasga la delgada trama de la realidad
y cae en el fondo sin fondo del presente
El solitario inaugura su reino
mientras cae devastado
milenario fósil de lo sido
océano devorado por caracolas
tentáculos de la obstinación
medusas del cinismo
y el espejo ausente no le entrega la mirada
El solitario inaugura su rostro
frente al vació transitorio de lo efímero
levanta la corona de sus sienes
mundos y soles lo saludan
el silencio le hace una venia
y en los cartones de su lecho
abraza su humanidad
cual si fuese el primer día
y canta