jueves, 10 de marzo de 2011

Coartadas inútiles para amarrar la noche y tu cuerpo


Qué pasa con todo el silencio que deposito en tus labios cuando te beso
a dónde va la cordura de todo este manicomio que me delimita
el torrencial del huracán y la potencia del disparo perdido
A dónde van, dime
El batallón que he sido está muriendo de hambre
mientras espero un poco de ruido de ti, una escaramuza
un amague de presente y realidad, por muy parco que sea
algo que justifique esta inmensa luna
plagada de polillas, dolor e infamia, o suerte  -cómo saberlo-
para abrir la prensa de hoy y descubrir que aún hay posibilidades
sonreír es una bandera, abrazarnos al pasado una idiotez
pero siempre las mayúsculas imponen su marcha lenta
y no sé ya que pedir
qué esperar
el ayer es un cuadro sin piel ni sonidos
las colmadas ansias siempre estarán por venir
pero arropados como estamos de memoria y frustraciones
habremos de despedirnos antes de conocer el ruido pupila a pupila
en el manantial de la pasión, el erotismo y la muerte
sin decir adiós y naufragar en el beso cansado y lleno de silencio
que se hace polvo esta noche ausente de ti 
donde todo es silencio, 
y no llueve.