lunes, 28 de junio de 2010

Ecuación a son de río


Es una enorme culebra que se escurre por la noche a mis pies tendida
sobre los adoquines que la contornean respiro el entre cano aire de esta hora
a mi lado pasa con prosa un flamboyán de melena larga
me dice al oído frases sueltas de otra tierra
miro cardinalmente sobre mi sombra
muchachos y muchachas de mil edades pasan o se van quedando
en una esquina poso mi cuerpo y miro el río lagarto devorador de sueños
suspiro y caigo de ojos afuera en picada sin apenas moverme
el vórtice de la noche se va en el agua como se fueron cruces y olvidos
con ellos me estoy yendo sin freno.
Me separo de mis ausencias, las dejo solas a que cuajen con la luna
retomo la ruta, camino contra corriente y contemplo absorto el frío
mi piel es una membrana estéril ni el agua fecunda ya en ella
a lo lejos la loma centenaria poblada de soles se empina insultando
la oscuridad del orbe preso y desesperado
malditas barreras, malditos recuerdos, el jodido río corre
las luces en el agua se mantienen
con la terquedad del infinito tiempo que nos hace creer que todo pasa
cuando lo único que se aproxima a toda marcha es un sopor final a lomo de caballo
para reclamar lo que siempre le fue suyo.
Callado trepo los escalones de dos en dos,
no hay verdugos, la noche es infinita, en ella caeré rendido
salto de prisa contando los pasos en la caída
mi sombra aguarda inmutable con su sonrisa