Qué arda el fuego
Qué se prenda la noche
Que alumbre las calles de Quito
La rabia contenida que asciende desde la tierra
Desde el páramo olvidado de viento y hielo
La amazonia explotada y desangrada
La costa y su litoral revuelto en espuma
empobrecidos
La sed noble de la "gente de bien"
De aquellos que negándose han negado
Que olvidándose han olvidado
De aquellos que maldiciendo se maldicen
Y renuncian a la historia
Mientras tapan el sol con un dedo
cargado de vergüenza
Qué ardan las hogueras
y no cese la luz
Que alumbre la historia
el camino justo
Que se prenda el día
en canticos de resistencia
Que estalle la noche
con decisión libertaria
Que cante la rabia en lluvia y aguacero ígeno
Que explote en granizada de piedra
En coros de gargantas vivas
Que no calle el silencio eterno
del clamor de millones - nadies
Que se asfixie el olvido lacrimógeno
Al que somos condenados
Los desclasados
Los parias
Los herederos de la tierra
y los días