viernes, 22 de octubre de 2010

flor de cenizas



Polvareda en los caminos de amancaes
el largo río es un pañuelo contra el secor
Cantan las rocas como huevos en la sartén
y las escurridas miradas de los grillos
se pierden como el pasto amarillo de estas horas
al hacerse polvo del polvo que cubre el camino.
Ya no hay hombres en el orbe
todo es tan delgado que casi se rompe con el viento
un fantasmal huracán de buitres pinta la tarde en negro
de entre mis huesos lo veo 
un apocalíptico escarabajo
que asegura que todo estará mejor y no hay que temer
recorre mi envergadura hasta los primeros astros
mientras sonría como la luna
en menguante