viernes, 5 de agosto de 2011

huracanes de hastio


topacio
bajo
como espina
sin sol
sobre las salpicaduras de la calle
tras Emily
que no termina de pasar.

cansado
hasta la saciedad
como un edificio añejo
y una voz distante
en la esquina más olvidada
invade la intimidad
para no decir nada
y sin dejar rastro
-como siempre-
largarse a ninguna parte
que es su morada