viernes, 17 de mayo de 2013

Caricias cotidianas




Al paso del sol
las sombras se alargan
se largan
se confunden en multitud
se hacen una
camino con mi rabia a cuestas
me duelen los dientes
de tan apretados que los llevo
crujen
crepitan
palpitan
se ahogan las malas palabras con su saliva quemante
tras los chirridos de mi lengua
látigo
centella
relámpago
tecleo la rutina 
clach
clach
clach
estoy cansado de mirar por la ventana
a la espera del milagro
del día prometido
del maldito cuento
que nunca llega