lunes, 21 de mayo de 2012

...

como un látigo
un chasquido de dedos
un relámpago en el silencio del bosque
todo cae
como una gota
de la boca del grifo

cambia el universo
cambia la delicada estrictura del cosmos
el caos tiembla
y todo es humedad
infinito
e idéntico

Erranza



Quería, con todas mis ansias,
como un ahogado rescatado de los tentáculos de la monotonía
ser inyectado por el contagio ajeno
pero la luna me hacía llorar
con la intensidad de la evidencia
y mis lágrimas configuraban océanos
repletos de minerales dudas
piedras de alabastro de los días
cardúmenes errantes de la memoria

Llora, decía el eco de la tarde
pero ya no lo escuchaba
las olas silenciaban cualquier intento
y el viento despeinaba mis alucinados pensamientos
mientras seguía terco las huellas que mi sombra dejaba
al asar mientras el tumulto
inmunizado había olvidado ver
de ojos a fuera
los soles que se precipitaban
pero el viento soplaba
y el mar quería desbordarse sobre todos

recojo las sobras de mi monólogo
los desperdicios del hambre
las cenizas del mañana
hago maleta para la erranza
y en un velero partiré al sur
que es a donde apunta siempre mi brújula