jueves, 1 de marzo de 2012

problemas de paso a causa de repecho antelado por las cañas de la tarde




El anciano día arrastra a cuestas un aroma a puerto
todo es denso
como la oscuridad de un habitación tras el sexo repentino
el viento ausente se esconde lejos del follaje
negro
violento
como piel roja
o peor aún como cruz y espada en tierras de la desesperanza.

Las horas corren cuesta abajo, más por inercia, que por otra fuerza planetaria
y en el horizonte solo una línea  se confunde con la de tu mano
que sabe como domesticar el palpitar fálico del cosmos.


El ventanal detiene mis ojos
mi mirada escapa
salta libre de rama en rama, ramera mirada de estos días acuáticos
y nada se asocia con la tarde
y prefiero hacer maletas y volver a la rutina de esta hora
al pie de un  vórtice que no arrastra promesas de días mejores.