jueves, 4 de marzo de 2010

Mudanza

Cómo le dices a las sombras que estás empacando el polvo
Que se deben poner a la fila y escoger su caja, su empaque,
O que simplemente no estorben, que se hagan a un lado, que deben quedarse
Cual pisados pasos que no podrás llevar a cuestas se deben resignar
Los recuerdos pesan, es verdad, y no dejan que la escoba haga bien su trabajo
Que ni planchados entre las camisas o los pantalones tienen cabida
Que las arañas del techo no han dejado de maldecir las horas
Mientras arrumacos de cajas, bultos y toda es mierda acumulada cobra forma
Que te deforma por dentro lo que antes fue y más nunca podrá
Maldices a los fantasmas mientras deseas gritar a lágrima viva
Pero no hay tiempo para lamentaciones
Ahora quiero ser yo quien dice que todo está perdido y que a fin de cuentas no importa
Todo se arma de envoltorios y se llenan las cosas huecas de tantas reparticiones
Las paredes de casa se pintan tras los años de mozos tonos
Y todas las palabras y los sueños –y pesadillas también, por qué no-
Deben secarse al sol en los cordeles que ya no escurrirán mis humores
Abro las ventanas con más resignación que deseo para que filtre el aire
Para que el viento pueda librarme de todas esas cargas
Como si nunca hubieran sido importantes todos mis fantasmas y desvelos
De las esquinas aparecen cosas que uno no tiene memoria
Les negaré el nombre y la posibilidad de morderme el cuello
Antes de reconocerlas las condenaré con llave
y me marcharé antes que otro calor ocupe el aposento.