sábado, 17 de abril de 2010

trepidante despertar



arde el sol cuando despega del horizonte y larga vuelo
sus cabellos inflaman el amanecer platino
y su firma áurea se tiende larga sobre el océano
rizadas y pelonas las palmeras se agitan
sintiendo un cosquilleo interminable
millares de hormigas inician la interminable faena
recolectoras abejas ordeñan de flor en flor
el viento marino golpea las narices con su aroma seminal
y el mundo germina de a poco, de a poquito
aun cuando en las antípodas la ceniza cae cual llovizna
anunciando el fin de una era
cuando los glaciares respiran
y mana agua