miércoles, 11 de mayo de 2011

Segundo de asfixia



Pánico 


ventanal al cielo
aluzado 
       celesteal 
                 cósmico
un espejo un espacio
el infinito y yo
en el punto ciego
donde la infinidad colapsa
en una mueca
que nadie entiende
se pierde en el silencio
del cristal
previo al infarto
dolorosamente afilado
como garfio
insultante como láser
agudo
terminal.
Aquella bombilla eléctrica
juega desafiante
intenta contener la oscuridad
no triunfará
los filamentos de penumbra
se cuelan por los resquicios
impúdicos y sin tregua
lo pose todo
como un terciopelo
nada opone resistencia
es la tensa relación de la decrepitud
insaciable de las sombras.
Cómo confiar en el día que es tránsito
vana resistencia
fatalidad suprema de la claridad
simulacro de las cosas y sus tonos.
La noche es barro
permanencia compacta e incuestionable
terquedad en todos sus sentidos
donde lo pardo prevalece
y acecha como un felino
en cacería.
Todo se reduce a una ecuación
existencia y vértigo
fantasía y crueldad...
Qué es la existencia sino
la inefable resistencia al peso
los acontecimientos
la muerte.
Sobre todo la muerte
Lucha intensa de pronostico asegurado
donde el movimiento
es la única constante posible
desde el inicio de los tiempos
hasta este segundo
desterrado y huérfano
de las formas lineales.
La rutina razonada
del desequilibrio patológico
de estar y nunca darse por enterado
se magnifica en  la imposibilidad del ser
pues la inercia es inconcebible en este carnaval
de la existencia sin nombre
y sin carne para los festejos
y sus ceremoniales.

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